sábado, 28 de marzo de 2009

COMO CAMBIAR LOS AMORTIGUADORES

Los amortiguadores son elementos fundamentales del automóvil, cara al confort de los ocupantes como, muy especialmente, a su seguridad. Su cometido es absorber las oscilaciones producidas por los muelles de suspensión para evitar que el coche bote de manera continua y que la absorción de las inrregularidades del piso se limite a las ruedas,sin afectar a la carroceria.


CAMBIO DE AMORTIGUADOR

La absoluta totalidad de turismos nacionales montan amortiguadores telescópicos, pero dentro de este apartado exiten multitud de modelos y tipo. Para desmontar este amortiguador trasero es necesario desmontar la rueda aunque en algunos modelos no es necesario desmontar la rueda, una vez elevado el coche se vijilará que los soportes estén perfectamente seguros.Tras retirar la rueda vemos ya al amortiguador en toda su extensión. Un extremo va anclado al extremo superior de la aleta y el otro al ballestón traversal, pero exinten numerosos elementos a retirar,como el tambor de freno. De entrada aflojamos el tornillo principal de sujeción inferior, que va dotado de tuerca autobloqueante. Esta operación precisará cuando minimo de una llave de codo y otra más, preferiblemente de carraca, ya que el par de apriete es elevado. Se suelta luego la tuerca del tornillo estabilizador del tambor, empleando el mismo tipo de herramientas que en el caso anterior, también puede usarse llave de tubo ayudada por una plana, pero nunca una plana directamente. Sueltas las tuercas y antes de retirar los tornillos enderezamos con un alicate el clip que sujeta el cable del freno de mano. Una vez retirado los tornillos el tambor se des prenderá de su alojamiento. Sujétese bien, ya que al caer o colgar podria dañar el latiguillo del freno. Tras retirar el amortigudor interesará taponar el latiguillo para eliminar su constante goteo.

domingo, 22 de marzo de 2009

DIFRUTAR
CONDUCIENDO

Salir a carretera con un coche no ha de ser ningún momento motivo de preocupación ni de trauma para el conductor. Un viaje en automóvil ha de constituir en cualquier caso un motivo de satisfacción y de disfrute, único modo de que el conductor se enfrente con el espiritu bien dispuesto a todas las incidencias que se le pueden presentar.A veces, la inquietud proviene únicamente de que no está cómodo conduciendo, de que sabe que al final del recorrido se va a encontrar con dolores en alguna parte de su cuerpo y eso le impide disfrutar debidamente del placer del volante.Aunque no se sea amigo de recibir consejos,si deben tenerse en cuenta ana serie de advertencias o, al menos, comprobar personalmente si las molestias que estropean un viaje se suavizan con anas normas muy sencillas.

SI MOLESTAN LAS PIERNAS Y LA ESPALDA

Eso quiere significar normalmente que el asiento es corto y que no soporta bien las piernas, por lo que conviene-si no se cambia el asiento- apoyarse lo más posible en el respaldo e inclinando éste todo lo posible para que las piernas encuentren todo el soporte que ese asiento puede proporcionarles.


SI HAY CALAMBRES Y DOLORES EN LOS MUSLOS

Relacionados también con el asiento,sin embargo estos dolores en los muslos ,que incluso pueden convertirse en calambres, son causados normalmente porque los muelles del asiento han ido cediendo por el uso, por lo que convendrá sustituirlos por otros nuevos, cambiar el asiento o, en último término, poner un cojin que fortalezca el asiento, dándole algo de la firmeza que ha perdido con la debilidad de dichos muelles.


SI MOLESTA EL ESTÓMAGO


Debido a excesiva tensión, que es normal cuando se lleva poco tiempo detrás de un volante. Hay que procurar relajarse más, apoyar mejor la espalda en el respaldo del asiento y dejar que el cuerpo descanse bien sobre el asiento. A pesar de ello algunos conductores continúan con las molestias porque no se han fijado en que levantan el tacón del suelo cuando frenan o desenbragan .Quizá piensan que asi deben hacerse para lograr dominar mejor los pedales. No es asi, al contrario, los pedales se dominarán mejor manteniendolo el tacón fuertemente apoyado sobre el suelo . Si no es posible conseguir esto con un poco de atención, habrá que pensar incluso en poner un taco de madera debajo de la alfombrilla para que el pie correspondiente pueda apoyarse y no quedar al aire en ningún momento. Una advertencia del copiloto o de quien vaya sentado a su derecha puede ser muy estimable, salvo que cuando está sentado tras el volante no admita que nadie le llame la atención, que es más frecuente de lo que parece. Puede suceder que el coche es demasiado bajo para la estatura del conductor, lo que le obliga a una inclinación anormal, que repercute en hombros y cuello. No se puede subir el techo del coche, por supuesto,pero si inclinar algo más el respaldo, de modo que la linea de los ojos a la visibilidad descienda unos centimetros sobre el parabrisas.También se podria conseguir idéntico resultado con una cuñas bajo el borde del asiento para obtener una mayor inclinación de este.